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sSi se considera una persona relativamente sana a la que comienzan a zumbarle los oidos con todo tipo de comentarios y recomendaciones. Tales como que, su tensión empieza a ser un poco alta , le ha subido el nivel de colesterol o ha tenido últimamente bajones en su estado de ánimo. Enseguida alguien lo ha clasificado como "depresión"... o bien alguien le ha dicho que ha su edad y siendo mujer debe prevenir una posible osteoporosis y, hasta medicarse esa falta de impulso sexual que últimamente parece preocuparle.Le vamos a hacer una recomendación para poder abordar esos problemas y algunos más.
Para ello Ray Moynihan y Alan Cassels, escritores especializados en salud, repasan con estilo ágil y directo las estrategias y complicaciones que han permitodo a lo largo de los años la aparición de síndromes y trastornos quen o hacen sino condenar a una medicación permanente- de la que suelen acultar los efectos secundarios mas importantes- a cientos de millones de personas en todo el mundo. Como lo consiguen?, por medio de médicos y organismos reguladores, por medio de técnicas de marketing y relaciones públicas que por valor de millones de dólares pemiten a la industria acabar convenciendo a médicos voluntariosos, crédulos de todo el mundo, que existe una enfermedad para la que ellos tienen solución, el fármco justo en el momento adecuado.
Como señalan ambos autores, no se trata en poner en tela de juicio que hay personas que debido a síntomas especialmente graves, necesitan ser antentidodos con esos fármacos sino, de entender que sólo para ellos no sería rentable su fanbricación. Necesitan por eso convertirnos a todos en enfermos para que el negocio sea rentable.
El alcance de la industria farmacéutica sobre el sistema sanitario es sinplemente, orweliano. Los médicos, los representantes de medicamentos , la educación médica, los anuncios, los grupos de pacientes, las directrices, las celebridades, las compañas de conciencia públca, los lideres de opinión y hasta los consejeros reguladores: en todos los niveles hay dinero de las compañías farmacéuticas lubricando lo que muchos ven como un flujo de influencias poco saludable. La industria no adquiere influencias con individuos y organizaciones, sino que más bien reparte su generosidad entre aquellos que se consideren más eficaces a nivel comercial"
Imagínese que su medico acaba de decirles que tienen un "factor de riesgo" ante la enfermedades vasculares; puede ser la tensión aterial o el colesterol alto.Pues resulta que hay un medicamento que trata ese factor de riesgo , no produce efectos secundarios y está cubierto por la Seguridad Social o la Mutua.
Normalmente la expresión de la cara refleja una gran sorpresa. Algunos ponen cara de no creerselo, otros de enfado a o perplejidad . Pero llegados a éste punto de la presentación la mayoría no puede despegarse de sus asientos y quiere saber más. A ver, el truco es el siguiente. No se sientan mal. A los médicos les engañamos de la misma manera constantemente . Si el precio el riesgo de sufrir un ataque al corazón es de 3% y yo les ofezco una pildora que reduce al 33%, éste baja del 3% al 2%. Entienden?. El 2% es un 33% menos que el 3%. Pero es también un 1% de diferencia total.
Incluso las personas que las matemáticas se les hacen un poco cuesta arriba, saben que si pasas de un 3% a un 2%, sólo hay un 1 % de diferencia. Facil, verdad?. La razón por la que ésta relación es tan importante se debe a que con frecuencia los fármacos se promocionan mediante éste truco estadístico tendente a exagerar los beneficios.
Diversos estudios demuestran que las personas son mucho más reacias a usar un fármaco si se le muestran las cifras absolutas.Lamentablemente en muchos artículos sobre fármacos que aparecen en los medios, tambien se tienen que emplear la ´versión más exagerada omitiendo las cifras absolutas que resultan mucho mas informativas".
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