A Ramón Tojeiro, ferrolano de 56 años prejubilado de la antigua Bazán (ahora Navantia), se le nota al hablar la disnea respiratoria. Mientras ayer escuchaba a unos abogados estadounidenses que se reunieron con afectados del amiantoo de la zona, Ramón comentaba que ingresó en el astillero en 1970 como plomero  (ahora tubero). Hasta pasado 1982 estuvo en contacto con el asbesto, utilizado con profusión como aislante de las conducciones de calor y calderas de los barcos.

En el 2000, cuando ingresó en el hospital por otra causa, los médicos le detectaron importantes placas pleurales, el síntoma más relevante, la huella que le había dejado la inhalación de micropartículas de amianto. Diminutos cristales que se quedaron clavados para siempre en su aparato respiratorio y, con el tiempo, comienzan a mostrarse como enfermedad pleural, pulmonar o del miocardio. A la postre, puede acabar en el temido mesotelioma, el cancer de asbesto.

Salvador Peña Ochoa, del bufete Pajares, de Madrid, fue uno de los abogados que participaron en la reunión. Su despacho está asociado con otro bufete norteamericano especializado en demandas contra las compañías suministradoras de amianto a medio mundo.

MILES DE TONELADAS

Durante años, miles de toneladas de asbesto procedentes de canteras o minas a cielo abierto de Estados Unidos y Canadá llegaron a España para la fabricación de uralita y para su uso como aislante en la industria. Peña Ochoa dice que cualquier persona que cuente con una sentencia en España en la que se recoja su afectación y los daños que sufre puede acudir a los tribunales de EE.UU para reclamar una indemnización. En este país, las grandes compañías suministradoras de amianto han creado un fondo para hacer frente a las miles de reclamaciones que les llegan tanto de su territorio como del extranjero. En España, Peña es partidario de la reclamación civil, que es compatible con la laboral, como lo deja claro una sentencia del Tribunal Supremo sobre una reclamación de estas características, dicata en el 2007. <>, explica.

Aunque Tojeiro, directivo de Agavia, que agrupa a cientos de afectados de la comarca de Ferrol, considera que la asociación no debe implicarse directamente en este proceso, organizó el encuentro de ayer para que los abogados traten con los afectados. Pero añade que es una decisión personal: <>.

LOS SINDICATOS

El letrado ha señalado que han negociado un convenio con CC.OO. y UGT para canalizarotras reclamaciones ante EE.UU. de enfermos de asbestosis de todo el país. Letrados americanos ya negociaron compensaciones con antiguos trabajadores de la base americana de Rota, también enfermos por reparar buques de la Armada estadounidense que tenían amianto.

En España puede ser más fácil este tipo de demanda internacional porque la materia prima tan peligrosa, ahora ya prohibida, procedía de países muy desarrollados como EE.UU y Canadá, pero en Francia llegaba de minas de Brasil, y en los países del este de Europa, de yacimientos de la antigua Checoslovaquia. Los modernos sistemas de responsabilidad civil suelen ir parejos al desarrollo de las naciones. Muchos de los afectados que participaron ayer en el encuentro, celebrado en el centro cívico del barrio Caranza, desconocían que el origen de sus males de salud estaba en Norteamérica y que también es en un tribunal de aquel país donde tienen que reclamar.